lunes, 23 de enero de 2012

La falsa sensación de prosperidad. Estrategia para mantener bajos los salarios en España (II)

[caption id="attachment_945" align="alignleft" width="314" caption="Ganan las negras"]Ganan las negras[/caption]

Es mejor no engañarse: lo que el ciudadano ve es lo que puede comprar, lo que está al alcance de su bolsillo y lo que no. Y ahí es donde nos han engañado durante todos estos años, generando una falsa sensación de prosperidad que nada tenía que ver con la riqueza real.

Una vez constatado este espejismo, los agentes económicos se dedicaron, con gran ahínco, a mejorar la percepción de lo que se podía consumir sin mejorar en absoluto la capacidad económica real y mucho menos la renta de los trabajadores.

La estrategia, por tanto, consiste en hacer ver que se pueden comprar un montón de cosas que antes no se podían adquirir, transmitiendo así luna sensación de riqueza.

Un ejemplo, burdo e inexacto, pero muy gráfico, son los bazares chinos: desde que un bolígrafo dejó de costar cincuenta pesetas para poder comprar seis por un euro, la gente empezó a pensar que era más rica. La realidad, sin embargo, era que se habían abaratado una serie de productos con mayor valor simbólico que económico. Podíamos comprar papelería por nada, juguetes por nada y herramientas por nada, y gracias a eso los salarios parecían dar más de sí cuando en realidad se había perdido poder adquisitivo real. Evítese, por favor, aferrarse al flaco ejemplo del chino y llévese este ejemplo a muchos otros productos para comprobar su efecto en el monto económico global de un trabajador medio.

Por tanto, la estrategia que se ha aplicado a la fuerza de trabajo de España tiene un parecido con la que se aplicó a los indígenas de las colonias: cambiarles oro por baratijas. Abaratarles los productos electrónicos, abaratarles los productos simbólicos y los juguetes en general para darles a impresión de prosperidad cuando sus consumos reales, como cesta de la compra, electricidad, vivienda o gasolina no hacían más que encarecerse.

El otro pilar de esta estrategia es la sustitución de la renta por el endeudamiento. Es algo tan siniestro que merece su propio artículo. Queda prometido.

jueves, 12 de enero de 2012

La estrategia para mantener bajos los salarios en España (I)

[caption id="attachment_940" align="alignleft" width="310" caption="Blancas mueven y ganan"]Blancas mueven y ganan[/caption]

Una de las cuestiones que más llaman la atención sobre la economía española es el hecho de que en las etapas de recesión se destruye  empleo a un ritmo vertiginoso, mientras que en los ciclos expansivos la creación de empleo es mucho más lenta y no va acompañada por un incremento de los salarios reales.

De hecho, durante el último ciclo expansivo debido al boom de la construcción y a la burbuja inmobiliaria, apenas bajamos en ningún momento de los dos millones de parados, al tiempo que se impedía la subida de salarios mediante regularizaciones masivas de trabajadores extranjeros que impidiesen a  los sindicatos ejercer verdadera fuerza en la negociación de los convenios.

¿Y de dónde sale semejante cifra deparados en un momento en el que en España hay tanta demanda de mano de obra que el país es un polo de atracción para los inmigrantes de medio mundo?

Las causas de este desempleo estructural son muchas, pero citaré fundamentalmente dos: la economía sumergida y la definición de lo que es un parado.

Incluso en momentos como este, en el que la economía informal ha descendido en su actividad, la economía sumergida supone casi una quinta parte del total del PIB español. Por bien que fuesen las cosas en las épocas de bonanza, era imposible convencer a ciertos sectores de que estarían mejor en el sector visible de la producción, por lo que sus trabajadores seguían contando como desempleados aunque estuviesen en realidad trabajando.

En cuanto a la definición de lo que es un parado, lo cierto es que en España se considera parado a todo el que dice que lo está, sin más apreciaciones. El hecho de que muchas de las personas inscritas en las listas se apunten al desempleo pro razones distintas a querer trabajar no se han tenido nunca en cuenta, lo que perjudica no sólo nuestras arcas, sino también nuestra imagen exterior.

Sin embargo, a nadie parece importarle este aumento artificial del número de parados, ya que forma parte de una estrategia perfectamente definida para mantener bajos los salarios.  Mientras se apunten al paro los estudiantes, las amas de casa y cualquiera que simplemente quiera recibir una ayuda o un cursillo, la cifra de parados será esgrimida como arma pro la patronal para evitar las subidas salariales que exigen los trabajadores. Mientras la cifra estadística sea alta, será justificable, en el interior y en el exterior, solicitar recortes sociales, recortes en las cotizaciones y endurecimientos de los convenios.

Deberían ser los sindicatos, como en otros países, los encargados de velar porque las condiciones y los listados de desempleados se mantuviesen al día y con datos reales, pero por razones ideológicas no parecen dispuestos a tal cosa. Razones ideológicas mal entendidas, desde luego, porque se supone que su finalidad es defender a los trabajadores. Se supone.

Seguimos otro día con algunas directrices más de esta estrategia....