jueves, 26 de abril de 2012

Las verdaderas intenciones del gobierno Merkl

Los eurobonos son seguramente necesarios, pero me parece que es pronto. Llevo tiempo sospechando que los eurobonos están en el plan de Merkl para el futuro, pero sólo cuando haya conseguido que los gobiernos díscolos se aprieten el conturón lo suficiente y hayan pasado por el trago de recortar lo que de otro modo nunca hubiesen recortado.

A mi juicio, se trata más de una diferencia de opinión en lo plazos que en los medios para resolver el problema.Alemania quiere que se acabe la alegría (eufemismo por despelote) presupuestaria de los países del sur, y está consiguiendo imponer su ley del terror en España, Grecia, Italia y Portugal. Cuando logren que nos entre en la cabeza esa idea tan básica de que la deuda pública hay que devolverla, aflojarán la mano.

Siendo gráfico, creo que al idea es levantarnos del barracón a las cinco de la mañana, darnos una pala a cada uno, encañonarnos con una ametralladora, mandarnos cavar una fosa y ordenarnos que nos desnudemos ante la fosa. Y luego no habrá fusilamiento, pero todo el mundo se dará por enterado...

No es un método muy sutil, pero resulta bastante convincente...


[caption id="attachment_973" align="alignleft" width="267" caption="Dejando pasar el tiempo..."]Dejando pasar el tiempo...[/caption]

Se discute en todas partes la conveniencia de que el Banco Central Europeo acepte emitir eurobonos de una buena vez, y cada día se alzan más voces señalando que la política alemana de austeridad es suicida. Quizás peque de exceso de optimismo, pero creo que la cosa está en cierto modo bajo control, aunque eso, sí, y por desgracia, no bajo el nuestro.

Los eurobonos son seguramente necesarios, y sólo mediante su utilización se podrán sanear de una buena vez los balances de los bancos para que el dinero fluya de nuevo hacia los inversores y los consumidores. Los eurobonos, y una pequeña o mediana inflación se acabarán imponiendo con el tiempo, pero me parece que aún es pronto si seguimos su lógica de cómo deben funcionar las cosas.

Llevo tiempo sospechando que los eurobonos están en el plan de Merkl para el futuro, pero sólo cuando haya conseguido que los gobiernos díscolos se aprieten el cinturón lo suficiente y hayan pasado por el trago de recortar lo que de otro modo nunca hubiesen recortado. Como por el procedimiento de las palabras no han conseguido la disciplina presupuestaria, han pasado al de los hechos, dejando de prestar dinero que alimente la deuda sureña. Porque no lo olvidemos: lo que está haciendo tanto daño son los intereses de la deuda...

A mi juicio, se trata más de una diferencia de opinión en lo plazos que en los medios para resolver el problema.Alemania quiere que se acabe la alegría (eufemismo por despelote) presupuestaria de los países del sur, y está consiguiendo imponer su ley del terror en España, Grecia, Italia y Portugal. Cuando logren que nos entre en la cabeza esa idea tan básica de que la deuda pública hay que devolverla, aflojarán la mano.

Siendo gráfico, creo que al idea es levantarnos del barracón a las cinco de la mañana, darnos una pala a cada uno, encañonarnos con una ametralladora, mandarnos cavar una zanja y ordenarnos que nos desnudemos ante la fosa. Y luego no habrá fusilamiento, pero todo el mundo se dará por enterado...

No es un método muy sutil, pero resulta bastante convincente...

martes, 24 de abril de 2012

¿Y si fracasa Rajoy?

[caption id="attachment_968" align="alignleft" width="302" caption="Se le han duplicado las canas..."]Se le han duplicado las canas...[/caption]

Ya es un hecho: hemos vuelto a entrar oficialmente en recesión. El cambio de Gobierno no ha calmado a los mercados y nuestra deuda, con nuestra credibilidad, sigue en la picota, alejando las inversiones que pueden crear empleo.

En esta situación, y mucho antes de lo previsto, el Presidente del Gobierno a comenzado a hacer pronósticos sobre el momento en que empezará la recuperación. Todos sabemos que cuando esto sucede es para echarse a temblar, porque lo que significa es que necesitan calmar la ansiedad de la gente de alguna manera.

El Gobierno ha agotado su margen de maniobra. Las medidas que el exigen en el exterior son inasumibles en el interior y, ante tal tesitura, el Gobierno debe plantearse si dar un paso adelante a riesgo de estrellarse, o quedarse donde está, a riesgo de estrellarse también.

Después del tremendo descalabro socialista de las últimas elecciones, le llega el turno al PP de enfrentarse a la realidad. Los Gobiernos no son lo que eran y su poder real ha disminuido terriblemente en las últimas décadas, con lo que poco importa lo que hagan si no consiguen convencer a los inversores. Esto es lo que tiene la economía globalizada.

Aquí podemos patalear todo lo que nos dé la gana. Podemos oponernos a lo que queramos y podemos incluso pegarle fuego al país entero en las protestas. Pero al día siguiente, cuando se apaguen las hogueras, la gente va a querer abrir el grifo del agua y que salga agua, va a querer darle a la llave de la luz y que se encienda una bombilla, y para eso hay que comprar petróleo en el exterior, y pagarlo a tocateja en una moneda que te acepte el vendedor. Por mucho que nos pongamos revolucionarios, el Gobierno que nos deje sin luz y sin agua, durará diez minutos.

¿Y qué pasa ahora, entonces, si fracasa Rajoy? A mi entender, eso supondrá que España caerá en manos de los populistas, de uno y otro signo. Será la hora de los chamanes y los visionarios, de las fórmulas mágicas y de los remedios maravillosos. Será la hora de los extremistas, de los revolucionarios y los grandes reaccionarios.

Si fracasa ahora Rajoy, y lleva camino de ello, estaremos en las proximidades de una tormenta perfecta: deuda impagable, credibilidad nula, y los dos principales partidos del país en quiebra política. De ahí a la violencia hay un paso. Pero la violencia no pagará la deuda, ni la factura del petróleo, ni conseguirá aumentar el consumo io la inversión, que es lo que da trabajo a la gente.

Las salidas, todas las que impliquen bienestar y no fogatas, pasan por reconstruir la confianza. La interna y la externa. Pero nadie parece querer avanzar en ese sentido.

miércoles, 11 de abril de 2012

EL PIB es una magnitud inútil porque no mide nada en realidad

[caption id="attachment_959" align="alignleft" width="350" caption="Un invento tipo PIB"]Un invento tipo PIB[/caption]

Tanto como se llena la boca a políticos y economistas al hablar del PIB, del crecimiento y de cómo este sube o baja unas décimas, y resulta que nadie se molesta en explicar lo que es realmente el PIB, qué es lo que mide, y por qué no nos podemos fiar de esta magnitud para conocer el verdadero estado de la economía.

Vamos a empezar por ver lo que dice la wikipedia sobre el PIB:

En macroeconomía, el producto interno bruto (PIB), conocido también como producto bruto interno (PBI) y en España comoproducto interior bruto, es una medida agregada que expresa el valor monetario de la producción de bienes y servicios finales de un país durante un período (normalmente, un año). Se trata de la macromagnitud por antonomasia de la ciencia económica.


El PIB es usado como una medida del bienestar material de una sociedad y es objeto de estudio de la macroeconomía. Su cálculo se encuadra dentro de la contabilidad nacional. Para estimarlo, se emplean varios métodos complementarios; tras el pertinente ajuste de los resultados obtenidos en los mismos, al menos parcialmente resulta incluida en su cálculo la economía sumergida, que se compone de la actividad económica ilegal y de la llamada economía informal o irregular (actividad económica intrínsecamente lícita aunque oculta para evitar el control administrativo).



Por lo pronto, ya vemos que se trata de una estimación y de que intenta meter en su cómputo la economía sumergida, cosa que es más bien difícil, y que hace que los errores cometidos sean mayores que las fluctuaciones. Pero eso nadie lo dice. Y quizás explicado de otra manera lo entendamos mejor:


Supongamos que tenemos una medida de los enfermos de varicela en España. El error cometido es del +/- 5% y la fluctuación de un año para otro es del 0,3 %. Cuando la fluctuación es menor que el error posible, toda la fluctuación es atribuible al error, por lo que la media es simple y llanamente inútil. Y eso le pasa el PIB.


Pero es que tenemos dos goquetes más en el cálculo de esta magnitud, verdadero dios de los economistas actuales:


-La depreciación de los activos ya amortizados. Digan lo que digan los contables, la casa de mi abuelo, que se acabó de pagar en 1920, sigue teniendo un valor. Si la mantengo en pie, tiene un valor para la nación, y si la dejo caer, el país entero se empobrece. Si se pierden las infraestructuras amortizadas, el país se empobrece, ¡pero eso no aparece como descenso del PIB! y de ese modo vivimos en una falsa sensación de riqueza mientras hacemos chalés nuevos (que sí contabilizan) y dejamos pudrirse lo que ya estaba hecho. La distorsión que esto genera lleva a que la realidad se aparte a menudo de los datos.



-El autoconsumo y las redes sociales: Si mando el niño a la guardería, eso es PIB. Si lo cuido yo, no. Si lo cuida la abuela, tampoco. El PIB es una variable que sólo cuenta lo facturado, pero no lo realmente realizado, por lo que muchos países parecen más pobres de lo que son ya que son los ciudadanos, ellos mismos, los que se ocupan de los niños y los ancianos, por ejemplo, en vez de mandarlos a guarderías y geriátricos. ¿Son realmente más pobres por eso? En absoluto. Simplemente se mueve menos dinero, pero no menos riqueza ni menos producción.



Quizás sea el momento de cambiar el PIB por alguna otra medida que refleje más cabalmente la realidad, antes de que vigilar el PIB termine por ahogarnos del todo. El PIB es un invento humano, y además, un invento mal hecho.



Bueno es saberlo.

domingo, 1 de abril de 2012

Cambiar renta por capacidad de endeudarse. Estrategia para mantener bajos los salarios en España (III)

[caption id="attachment_954" align="alignleft" width="306" caption="Blancas juegan y ganan"]Blancas juegan y ganan[/caption]

Uno de los trucos más feos que se han llevado a cabo en los últimos años ha sido el cambio de renta real por capacidad de endeudarse, y sus consecuencias las vamos a estar pagando durante décadas.

La idea, todo hay que decirlo, se basa en la estupidez general, la total ausencia de cultura económica, y el triunfo estético del impulso sobre la reflexión. No en vano hasta en las películas de ficción se presenta como positivo al que es espontáneos y el malo suele ser muy frío y calculador. Y hay poderosas razones para ello, porque lo cierto es que la espontaneidad compra mientras que el cálculo hace cuentas, compara y exige. ¿Qué preferirán, por tanto, promocionar las grandes corporaciones?

Lo que ha sucedido estos años es que las grandes manos que dominan el mundo han descubierto que la gente lo que quiere la gente es poder gastar, y que resulta mucho más barato permitirles que pidan dinero prestado que subir realmente los salarios. De ese modo, mientras los salarios reales bajaban de manera constante, subieron de manera exponencial las tarjetas de crédito activadas, los préstamos al consumo y los préstamos hipotecarios.  La gente podía gastar y gastaba. No sabía cuándo pagaría, pero gastaba. No sabía si podría pagar lo que compraba, pero compraba. La idea era bien sencilla: lo que compren lo vendo yo, lo que deban, que lo pague el siguiente. De ese modo, viendo que la capacidad de consumo era buena, los trabajadores no presionarían para obtener mejoras salariales. Idea redonda.

Sin un aumento real de renta, esas deudas no podrán pagarse nunca y pesarán sobre el consumo futuro, pues el dinero del futuro ya se gastó en la década pasada. La jugada es redonda: no sólo consumir los recursos bnaturales de las siguientes generaciones, sino también siu trabajo, su dinero y su bienestar.

¿Puede haber algo más repugnante?

Pues sí: que para corregir esta situación hay que volver a pedir sacrificios. Un hecho más psicológico que económico que permitirá beneficios increíbles a algunos sectores mientras el resto se hunde.