jueves, 31 de mayo de 2012

IVA, pensiones y subsidio de desempleo. Los tres objetivos de Europa.

[caption id="attachment_991" align="alignleft" width="379" caption="Difícil salida..."]Difícil salida...[/caption]

A los españoles, y obviamente me incluyo, nos encanta hablar de cosas como culpables de de la crisis, justicia, que paguen los culpables y ramalazos similares de justicia poética. Pero a los europeos les aburre este discurso que consideran quijotesco y nos piden que, de una puñetera vez, echemos mano de la calculadora y tomemos medidas que hagan cuadrar las sumas. Y ahí es donde va a estar el enfrentamiento más serio, porque todos preferimos hablar de cosas etéreas, que impliquen ética, en vez de cosas materiales, que impliquen dinero.

Por aquí seguiremos pidiendo que se bajen los sueldos a los políticos, que se azote a los banqueros, que se supriman los coches oficiales, que se fusionen los ayuntamientos y se despilfarre menos en las autonomías. Seguiremos teniendo razón, pero en Europa nos van a preguntar cuanto suma eso respecto a los ochenta mil millones de euros que necesitamos y les vamos a decir que cinco mil millones.

Pues hala, majos, que os quedan setenta y cinco mil millones por recortar, nos dirán. Y los españoles, con el grito en el cielo, hablaremos hasta de la calefacción de los edificios oficiales. Hablaremos de todo menos de lo que realmente suma, porque de eso no queremos hablar, y seguramente con razón.

Pero tenemos que ponernos serios: Europa no se va a dar por satisfecha hasta que no se meta la tijera a fondo en las tres cosas que ellos quieren: IVA, pensiones y subsidio de desempleo.

Lo vemos por partes:

IVA: para la Unión Europea es vergonzoso tener que pagar las deudas del país de la unión que menos IVA paga, el 18%, mientras en el resto de Europa la media está en el 21% y hay países que llegan hasta le 25 % como Hungría y Dinamarca. Además, en España hay multitud de bienes y servicios que gozan del IVA reducido del 8% y otros muchos del superreducido, del 4%. Nos dicen que si ponemos el IVA como nuestros vecinos, simplemente en la media, se recaudarán cuarenta mil millones más, y que eso es de lo que se trata: de sumar. Mientras no se supriman los tipos reducidos y no se suba el IVA a un mínimo del 21 %, les dará igual lo que digamos. No se van a creer que queramos hacer nada, porque pagamos menos que ellos.

Pensiones: España se gasta al año ciento treinta mil millones de euros en pensiones. Una burrada. En Europa dicen que si queremos que los recortes sumen algo, que metamos mano aquí, suprimiendo, por ejemplo, una paga extra a los pensionistas y tomando otras medidas similares. Podemos contarles lo que queramos sobre la necesidad de la gente: el dinero está aquí y a donde está el dinero es a donde van. Además, la figura de la pensión no contributiva es considerada en Europa una invitación a no cotizar y a mantenerse en la economía sumergida, ya que se pague o no, la pensión llega de todos modos. Según las cuentas de la Unión Europea, pueden obtenerse hasta veinticinco mil millones sólo con las pagas extras, reducción de pensiones máximas y recorte de las no contributivas. Y con los anteriores del IVA, suman setenta mil millones.

Subsidio de desempleo: Desde Europa, particularmente desde Alemania, no se comprende la relación que puede haber entre el tiempo trabajado y el tiempo que se necesita para encontrar otro trabajo. De hecho, por allí dicen que cuanto más tiempo hayas trabajado más fácil te será encontrar un nuevo empleo, por lo que se pretende reducir drásticamente el periodo máximo de prestación de dos años a ocho meses. Los europeos tienen la impresión de que el subsidio de desempleo es en muchas ocasiones un bono para vacaciones pagadas y lo demuestran diciendo que los españoles suelen encontrar trabajo cuando está a punto de acabárseles el paro, pero no antes. Por eso, para animarnos, pretenden que el paro se acabe antes. En subsidio de desempleo, España se gasta anualmente treinta mil millones de euros. Si se reduce ese gasto en un tercio, ya tenemos la suma hecha.

Y luego, si a nosotros nos gusta ahorrar en bombillas, en bolígrafos o en mecheros, pues muy bien. Hasta nos aplauden. Pero no nos engañemos: lo que nos piden es esto, y hasta que no lo tengan nos seguirán empujando hacia el abismo de la bancarrota.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Lo de los auditores de nuestra banca es para llorar

[caption id="attachment_986" align="alignleft" width="224" caption="Blancas juegan..."]Blancas juegan...[/caption]

Si a cualquier otro país le exigieran que fuesen empresas extranjeras las que auditasen su banca, se armaría la de dios. Pero a nosotros nos parece normal, y ese detalle en apariencia insustancial es el que determina el camino por el que nos movemos en esta crisis.

Lo cierto es que nadie se cree nuestras cuentas, y aún peor, nadie se cree a las instituciones encargadas de comprobarlas.

La prima de riesgo crece porque nadie se cree una palabra de lo que decimos. Ni nosotros mismos. Las inversiones se alejan y los capitales escapan porque da igual lo que se diga, y da igual quién lo diga: nuestro sistema está tan profundamente podrido que tanto Gobierno como oposición tratan de tapar sus vergüenzas sabiendo que una investigación seria sobre lo que ha pasado aquí los pondría a los dos por igual en la picota.

Si nuestro Tribunal de Cuentas no fuese el ejército de Pancho Villa no nos exigirían una auditoría realizada por empresas extranjeras.

Si nuestro Banco de España no fuese el coño de la Bernarda, no nos pedirían una auditoría externa.

Si nuestro ministro de economía, que para más cachondeo es distinto del de Hacienda, no fuese una merienda de negros, bastaría con los datos que ofreciese, y no nos pedirían una auditoría externa.

Lo de los auditores no es un detalle: es la clave del diagnóstico.

martes, 8 de mayo de 2012

Nacionalizar las cajas de ahorros. ¿Necesidad o broma?

[caption id="attachment_982" align="alignleft" width="311" caption="Se pronostican engendros..."]Se pronostican engendros...[/caption]

Después del culebrón de Bankia, que no ha hecho más que empezar, es momento de preguntarse una vez más qué puñetas pasa en este país con las Cajas de Ahorros.

Supongo que a estas alturas ya los abe casi tiod el mundo, peor no está de más tirar de Wikipedia y recordar que "Bankia surge como consecuencia del proceso de reestructuración del sistema de cajas de ahorro impulsado por el Banco de España a través de un modelo financiero denominado Sistema Institucional de Protección (SIP).  En el año 2010 se crea el Banco Financiero y de Ahorros fundado conjuntamente por Caja Madrid y Bancaja, al que se han adherido La Caja de Canarias, Caixa Laietana, Caja de La Rioja, Caja Ávila y Caja Segovia.  Esta operación conocida en términos financieros como fusión fría está controlada por Caja Madrid entidad que gestionará conjuntamente unos 340.000 millones de euros de activos y recibirá ayudas del FROB cercanas a los 4.465 millones."

O sea y en resumen: unas cuantas cajas de ahorros se unen, venden una partee de sus acciones al sector privado, se desploman, y acto seguido vuelven al sector público a través de las ayudas que ahora hay que darles.

Parece una estafa.... ¿pero de quién? ¿del sector privado, que se quedó con los beneficios? Francamente, parece lo contrario: parece que el Estado vendió un verdadero pufo a los accionistas al sacarla a Bolsa y que ahora, al seguir siendo accionista mayoritario, tiene que  volver a poner dinero mientras los inversores privados ven que los sucesivos agujeros contables, las mentiras y las cuentas maquilladas han hecho desplomarse el valor de lo que compraron.

En cualquier caso, la nacionalización de las Cajas de Ahorros que a menudo se oye pedir por ahí no deja de ser un nuevo sistema de asar la manteca: las Cajas ya son de titularidad pública, aunque a veces no directamente estatal. Porque lo público no es solamente lo del Gobierno central.

Otra cosa es su gestión, que sigue mayoritariamente en manos de políticos jubilados, sindicalistas que no representan a nadie y otros arribistas similares. Pero nacionalizar esas cajas es como nacionalizar los ríos, que ya son de todos.

Lo que sí es una necesidad es convertir en nacionales sus objetivos. Lo que sí es imprescindible es nacionalizarlas en el sentido desregionalizarlas, quitarles la boina y cualquier aire de localismo para expulsar a los caciques comarcaoles de sus consejos y alejarlos todo lo posible del dinero.

Esa sí es  la nacionalización que no puede esperar.

martes, 1 de mayo de 2012

Nos vamos al carajo en columna de a dos (y con banda de música)

España ha entrado oficialmente en recesión por el descenso continuado del consumo privado y el frenazo de las exportaciones, según los datos del BdE publicados la pasada semana. Y, lo que es más grave, el Banco de España advierte que lo peor está por llegar. Se trata por tanto de una doble recesión, algo que jamás había ocurrido en nuestro país desde la Guerra Civil. Sin embargo, y como viene siendo habitual, la situación es mucho peor de lo que reflejan los datos oficiales. Para Paul Krugman, “ya no se puede hablar de recesión, España se encuentra en una depresión en toda regla”. Es decir, una grave crisis económica prolongada, profunda y acumulativa, con incrementos anormales del paro, caídas profundas del consumo, la inversión y la riqueza, y cuya duración puede extenderse entre tres y diez años.


Con una tasa de paro oficial del 24,4% y real del 26,5% -sumando los 435.000 “parados desencantados” que la semana de la encuesta no habían realizado búsqueda activa de empleo y que el INE clasifica como inactivos- (una tasa  superior a la de EEUU en el peor momento de la Gran Depresión), un 51% de paro juvenil, una población crecientemente empobrecida de la que un 23% vive por debajo del umbral de la pobreza, unos 1,7 millones de hogares con todos sus miembros parados y cuatro de cada diez parados sin subsidio, hablar de recesión supone un engaño a los españoles. Si no se han producido todavía casos graves de hambre es solo debido a la impagable labor de Cáritas y de las órdenes religiosas, que se encuentran literalmente desbordadas, mientras unos sindicatos depredadores y corruptos aún no han ofrecido ni un plato de sopa a un hambriento.


Desesperanza generalizada


La velocidad y la profundidad en la destrucción de la riqueza de las familias jamás había alcanzado la dimensión actual en tiempos de paz: el equivalente a un 50% del PIB desde enero. La pérdida de valor de las empresas del IBEX supera los 100.000 millones de euros desde esa fecha, que se añaden a los 200.000 perdidos desde 2008; la pérdida de valor de las viviendas, 1,5 billones desde 2008 o 400.000 millones, también desde enero. La renta disponible de las familias, el motor fundamental de una economía, despuésde cuatro años ininterrumpidos de caídas, volverá a caer en mas de 40.000 millones de euros en 2012 no solo por el paro, la inflación y la caída de remuneraciones reales, también por la fuerte subida de impuesto sobre la renta, y el aumento brutal de los impuestos sobre el ahorro y el impuesto de bienes inmuebles. Y mientras millones de familias luchan por sobrevivir sabiendo que sus hijos vivirán peor que ellos, Rajoy sigue desaparecido y sin liderazgo.


Y por si este entorno de depresión no fuera ya lo suficientemente dramático,el déficit del Estado en el primer trimestre alcanzó un 1,85% del PIB (el 7,4% en tasa anual, que con el déficit de CCAA y Ayuntamientos supera el 10% del PIB), un 75% más que el año anterior, para financiar gasto corriente, para que las CCAA puedan continuar el despilfarro. Después está la Seguridad Social, porque los ingresos no cubren ya los gastos de la misma y la diferencia está creciendo exponencialmente. Y, además, aunque no cuenta como déficit computable, tenemos el río de dinero para mantener cajas que deberían haber sido cerradas, la última, Caixa Catalunya, que costará 8.800 millones de euros a los contribuyentes, o con una Bankia inviable y, según el FMI, desastrosamente gestionada cuya intervewnción está cantada y nos costará 50.000 millones. ¿Con qué derecho Rajoy saquea el erario público otra vez, gracias a lo expoliado de renta y ahorro de los españoles, en lugar de cerrar las cajas y procesar a los responsables? Es algo intolerable para la nación.


La intervención es la única esperanza posible antes de una revuelta social cada día más cercana. Supondría que España pasaría a ser dirigida por verdaderos profesionales de la economía, no por políticos incompetentes y moralmente corruptos que jamás nos sacarán de la crisis


¿Hasta cuándo piensan estos irresponsables seguir auxiliando a unas CCAA que no están en absoluto comprometidas con la estabilidad presupuestaria? No dicen que van a intervenir las CCAA que no cumplan, ¿pues a qué esperan para intervenir Valencia, Murcia o Castilla La Mancha, que ni cumplen ni van a cumplir?; ¿y qué hay de Andalucía o Cataluña, que ya han anunciado categóricamente que no piensan cumplir, mientras reciben miles de millones del erario público para tapar sus agujeros? Estamos en manos de insensatos que utilizan el dinero de los españoles como si fuera escombro. Y ahora Montoro dice que España necesita endeudarse en 114.000 millones, pagando el 90% más de interés por las letras, con un bono a 10 años al que los seguros de deuda (CDS) dan ya un 50% de posibilidades de impago, a lo que se suman 148.000 millones más por vencimientos de deuda. En total, 262.000 millones o el 25% del PIB.


Estos irresponsables pensaban que las compras de los bancos españoles con el dinero del BCE, del que se están llevando los dos tercios del total de la eurozona, no tenían final, pero resulta que sí. Santander y BBVA no compran más deuda al Tesoro. ¿Quién, entonces, les va a comprar los casi 200.000 millones que faltan para cerrar el año? Aún peor, la rebaja de rating de S&P en dos escalones y con perspectiva negativa, a solo tres peldaños del bono basura, obligará a fondos y bancos internacionales a vender masivamente deuda española. ¿Con qué dinero va seguir financiando entonces Rajoy el despilfarro autonómico y un sistema financiero quebrado?; ¿a qué coste inasumible piensan colocar tan ingente cantidad de deuda? Unos y otros están hundiendo el país para los próximos cien años.


Una pérdida de credibilidad histórica


Frente a todo esto tenemos un Gobierno sin plan ni estrategia alguna, sin cohesión, dedicando sus mejores esfuerzos a apuñalarse los unos a los otros. Ni se plantea recuperar la soberanía económica dividida en 17 pedazos, lo más esencial junto con la recuperación del crédito para superar la crisis. El Ejecutivo es tan cobarde  que ni siquiera ha acometido la reforma del BdE, cuyo prestigio está por los suelos, ni destituido a su gobernador, principal responsable junto con Zapatero de nuestra ruina económica. Un Gobierno que ni siquiera se plantea una alternativa energética racional, ni de lucha contra los monopolios, lo que nos lleva a pagar los precios de los productos petrolíferos antes de impuestos, del gas, de la electricidad, de las telecomunicaciones y de los servicios bancarios más caros de Europa. Cualquier gobierno sensato hubiera tomado medidas drásticas de recorte de gastos inútiles, algo sencillo cuando el despilfarro de dinero público supera los 110.000 millones.


Nunca en la historia de las democracias un presidente había perdido tan enorme caudal de credibilidad y de esperanza en tan poco tiempo. Todas y cada una de las afirmaciones de Rajoy, desde “hay que bajar impuestos” a “jamás implantaré el copago” pasando por “tenemos un plan perfectamente diseñado para salir de la crisis” o “no emplearemos un euro de dinero público en rescatar a la banca”, se han demostrado falsas en poco más de 100 días. Ha subido impuestos, ha implantado el copago y no tenía plan alguno. A día de hoy, ya da igual lo que Rajoy diga o prometa: su credibilidad en los mercados es cero, solo las cifras de déficit y paro cuentan, y son desastrosas. Mientras, los mercados empiezan a descontar ya que hasta los grandes bancos tendrán que ser intervenidos y la fuga de capitales se convierte en un torrente. Todo lo demás es música celestial.


La intervención: el único camino


Cada vez resulta más difícil evitar una sensación de desesperación y de impotencia. La casta política, empezando por un Gobierno ineficaz y siguiendo por la oposición (que hace todo lo que está en su mano para desestabilizar el país), los nacionalistas (en chantaje permanente a la nación) y los sindicatos (con su larga tradición de destrucción de empresas) está llevando a España hacia el desastre. Una nación no puede continuar viviendo así año tras año, de promesas vanas e incompetencia manifiesta, viendo como se destruye cada día su riqueza, como la clase media, el gran pilar que ha sostenido el crecimiento de nuestra economía, está siendo eliminada y sin el más mínimo horizonte de esperanza. La intervención es la única esperanza posible antes de una revuelta social cada día más cercana. La intervención supondría que España pasaría a ser dirigida por verdaderos profesionales de la economía, en lugar de por políticos incompetentes y moralmente corruptos que jamás nos sacarán de la crisis.


La intervención supondría que, ante una propuesta a boleo de “recortar” 10.000 millones en Sanidad y Educación, se hubiera implantado la propuesta de Esperanza Aguirredevolver al Estado Justicia, Sanidad y Educación, lo que hubiera supuesto un ahorro de 48.000 millones, sin copagos ni tasas; la intervención supondría que antes de subir un solo impuesto se acabaría con los 34.000 millones en duplicidades; que antes de subir el gas, la electricidad o los servicios bancarios, se acabaría con los monopolios; que antes de recortar inversiones e investigación se recortaría gasto corriente; que antes de dejar al Estado sin dinero para funcionar correctamente se cerrarían las diputaciones, incluidas las vascas, porque o sobran las Diputaciones forales o sobra el Gobierno Vasco.


En todo caso el diagnóstico es claro: el problema no es el PP, no es el PSOE, no es IU, ni siquiera los nacionalistas. El problema son todos ellos, todas estas mafias legales dedicadas a saquear España, instaladas como casta parasitaria, privilegiada, financiada íntegramente con el expolio a los contribuyentes, con 500.000 cargos de designación política, el doble que Italia y 300.000 más que en Alemania, aparte de los cientos de miles de familiares, amigos y correligionarios, y donde la oligarquía económica está exenta, vía SICAVs,de la mayoría de impuestos. O desmantelamos esa casta o no hay supervivencia posible.



Roberto Centeno en Cotizalia.com