martes, 13 de mayo de 2014

El marketing que mejores dividendos genera

Expositores de cartón. Ejemplo de agilidad y bajo coste
En los principios de la economía, que es como decir en los principios del mundo, todo estaba orientado al autoconsumo y el intercambio de bienes y servicios daba destino a una porción ínfima de la riqueza. Con el tiempo, y sobre todo con la mecanización y estructuración de la economía, el autoconsumo fue quedando relegado hasta que, en el momento actual, más de un noventa y cinco por ciento de todo lo que se produce se destina al intercambio comercial.

Este cambio de orientación ha tenido importantes consecuencias en la manera de plantear una empresa: ya no se trata de producir más, porque todo está vendido de antemano (antigua orientación al producto), sino de producir más barato y de diseñar estrategias de mercado que permitan comercializar lo que se produce.

Y ahí es donde surgen las estrategias de márketing, que desvinculan el precio del producto de otras variables como su coste o incluso su calidad.

Lo importante, a día de hoy, es ser capaz de llegar a los clientes potenciales, lo más rápidamente posible, con el mayor impacto, y al menor coste.

En este tipo de estrategia se enmarcan, por ejemplo, los expositores de cartón que tienen la doble función e mostrar el producto y servir de soporte publicitario paras el mensaje que se quiera unir a él. Pueden verse distintos ejemplos en www.expositoresdecarton.net 

Un expositor de cartón necesita un almacenaje mínimo, es ligero, fácil de montar, muy fácil de imprimir o estampar, y tiene un coste escandalosamente más bajo que otras alternativas de similar funcionalidad.

¿Por qué lo ponemos de ejemplo? Porque ese es el concepto al que debe dirigirse cualquier acción en una economía orientada al mercado: simplicidad, sencillez, asequibilidad y, ante todo, flexibilidad.

Las viejas empresas basadas en grandes infraestructuras o grandes inversiones, con un periodo prolongado de amortización de costes, son sólo monstruos enormes destinados a desaparecer al primer impacto.

La economía orientada al mercado exige capacidad de adaptación. Si las circunstancias pueden cambiar muy rápidamente y nosotros estamos atados a un inmovilizado pesado y costoso, difícilmente podremos enfrentar la competencia.


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