sábado, 9 de mayo de 2020

El sistema de pensiones alternativo que izquierda y derecha rechazan

Hay un sistema alternativo para pagar las pensiones y convertir el sistema en sostenible, respetando a la vez su naturaleza de sistema de distribución y no de capitalización. El problema, por supuesto, es que políticamente no gusta a nadie, y cada bando cuenta con sus propias razones paras oponerse. Se trata del reparto, puro y duro, entre los perceptores de lo obtenido entre los cotizantes.

El sistema funciona más o menos como sigue: la parte de las cotizaciones sociales de las personas activas se convierte en las pensiones de los jubilados, que recibirán mayores o menores pensiones, según un coeficiente , dependiendo de lo cotizado (como hasta ahora).

Los años que las cotizaciones hayan sido mayores, las pensiones serán mayores. Si hay más desempleo o bajan los salarios de los más jóvenes, las pensiones serán menores. El saldo final de la caja tiene que ser cero: todo lo recaudado el año anterior, se reparte este. Ni un euro más. ni un euro menos.

¿Y por qué se oponen ambos lados del espectro ideológico?

Izquierda: Este sistema deja a los pensionistas en manos de los vaivenes de la economía. No sabes lo que vas a cobrar el año que viene. Es antisocial. No es redistributivo. Reduce el efecto de seguridad de las pensiones. Genera inestabilidad.

Derecha: Genera inestabilidad y ansiedad. Si las pensiones dependen de los salarios, pondría a los pensionistas del lado de las trabajadores a la hora de presionar para aumentar salarios. Induce a los pensionistas a mostrarse más activos en las cuestiones económicas y políticas, que ahora les quedan demasiado lejos.

Bien pensado, si se oponen ambos, puede que no sea una idea tan mala.

lunes, 9 de marzo de 2020

El Prestige de Pedro Sánchez (y cómo la está cagando)


Cuando las cosas te vienen grandes...
Todos los sabíamos : Mariano Rajoy era un idiota y un inepto, pero tuvo que venir un barco con bandera de conveniencia, a hundirse delante de nuestras costas para demostrar que es malo que nos gobierne un hombre sin cabeza, y peor aún si tampoco tiene huevos.

Sobre el barco aquel se podían tomar dos decisiones: alejarlo, para que los daños fuesen menores, o acercarlo, para que los daños fuesen mucho menos extendidos pero mayores en el punto elegido para traer el buque. ¿Y qué se hizo? Nada. Porque aquel tío no valía para nada, y pertenecía a un partido lleno de gente acobardada, como ya habían demostrado en los atentados de Atocha.

Ahora tenemos a Pedro Sánchez, empeñado en montar un Gobierno paritario, lleno de inútiles con méritos únicamente vaginales, y presidido por un tío cuyo mayor talento es desenterrar dictadores muertos, negar verdades evidentes y preguntar cada quince minutos a sus gurús demoscópicos para saber qué dicen las encuestas sobre su último peinado.

En su Gobierno, gestionar es de gilipollas, porque lo suyo es vender gestión, pero no hacerla. En su Gobierno, lo práctico no existe, porque todo el andamiaje de los presupuestos y los altos cargos se ha pensado para satisfacer a nacionalistas, devolver favores y generar contrapesos con las esposas, las queridas, las concubinas y las secretarias de Pablo Iglesias, un político que hace el programa con el pene y lo ejecuta con el glande, según se ha visto. Por eso es feminista. ¿Y quién no, en esas condiciones?

Y en vez de un petrolero, a Pedro Sánchez le llega un virus de China. Y debería tomar muchas decisiones, y muy deprisa. Pero no sabe cuales, y no se atreve. Mariano II el Gilipollas. Pedro I el Anormal. Tanto Monta...


A semejante Gobierno, ¿cómo le se puede pedir coraje para suspender la Liga? ¿De dónde van a sacar huevos para suspender las clases eb los centros de enseñanza? ¿De dónde van a sacar valor para decir que ester año se suspenden las Fallas, y que no habrá ni Semana Santa ni Feria de Abril? ¿Cómo pueden estos ideólogos de la nada decidirse a suspender las elecciones gallegas y decirles a los vascos que las suyas tendrán que esperar una temporada?

Estamos en manos de gente que pensaba que gobernar era hacer propaganda rojilla mientras se dejaban al IBEX las decisiones de verdad. Y resulta que no: que tienen que tomar decisiones, lo que es como decir que tiene que levantar el vuelo.

Porque valen tanto para decidir algo práctico como para hacer acrobacias en el cielo.

Majaderos.